
- Profesora, a mí me da miedo dormir solo, ¿puedo dormir con usted?
- Claro, Jaimito.
Cuando están en la cama, Jaimito le dice a la profesora:
- Profesora le puedo poner el dedo en el ombligo? Es que si no me cuesta trabajo dormirme...
- Si, Jaimito, claro.
Por la noche la profesora e despierta y dice:
- Jaimito, que eso no es mi ombligo.
- No se preocupe, que tampoco es mi dedito.
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