Eran un inglés, un francés y un español que necesitaban una habitación de hotel para pasar la noche. Llegan a un hotel en las afueras y el dueño les dice que sólo le queda una habitación libre, pero está ocupada por "el fantasma de las bragas rotas". Que se la puede dejar si son lo suficientemente valientes como para pasar la noche en ella.
El francés se cree muy valiente, pero al entrar escucha "soy el fantasma de las bragas roooooootas..." y se escapa corriendo.
El inglés se ríe del francés, pero cuando entra y escucha "soy el fantasma de las bragas rooooooootas..." también se asusta y se escapa coerriendo.
Finalmente, entra el español, y cuando el fantasma aparece y dice "soy el fantasma de las bragas rooooooooootas...", el español le contesta: "pues toma 5 euros y vete a comprar unas nuevas!".


* Lo siento. Ya sé que el chiste es malísimo. Sin embargo, por algún motivo es uno de los chistes que más recuerdo de mi infancia, y por eso no puede resistir la tentación de publicarlo como el primer chiste de este blog.  Incluso ahora, años después, es un coletilla usada frecuentemente por mi grupo de amigos. Inexplicable, lo sé, pero son cosas que ocurren. Por tanto, declaro inaugurado este blog de chistes (que en el futuro serán mejores) y ahí queda mi homenaje al "fantasma de las bragas rotas" :P

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