Siempre me gustaron los chistes, esas pequeñas joyas capaces de retorcer el pensamiento de las personas hasta forzar un sonrisa... o una carcajada. De pequeño mis amigos contábamos chistes. Eran otros tiempos: sin videojuegos, sin internet, y casi sin televisión. Ahora que hemos crecido, nos hemos dejado por el camino el arte de contar chistes. Recientemente me he dado cuenta de que ya tengo que hacer un esfuerzo para recordar los chistes que antes brotaban de mi memoria a borbotones. Para evitar que se pierdan, he empezado a recopilarlos en este blog. Y para darle una utilidad, se irán publicando a diario, uno cada día, en un intento de arrancar una sonrisa a las miríadas de oficinistas que se pasan la mañana buceando por la cosa esta de internet.
El blog se abrió hace A día de hoy, llevamos
días online, en los que hemos publicado
posts y se han registrado
comentarios, aunque actualmente está casi abandonado, por falta de tiempo...
Dónde nos puedes encontrar en medio del océano de internet:
A continuación, el
egómetro:
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