Una cebra entra en un bar y, dándose cuenta de que todo el mundo le está mirando fijamente, se dirige hacia la barra y pide un café al camarero. Éste, impactado, se lo sirve. La cebra, incómoda porque todos la siguen mirando, se termina el café y dice:
- Camarero, dígame cuánto le debo, por favor.
- Sí...esto... son 2 euros...
La cebra termina al final pierde los nervios, y le pregunta al camarero por qué toda la gente que está en el bar le está mirando. El camarero responde:
- Es que es la primera vez que viene una cebra que habla a este bar.
Y la cebra le responde:
- ¡Con estos precios no me extraña!

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