
- Buenas tardes. ¿Puedo ver su licencia de conducir?
- No tengo. Me la suspendieron hace un mes.
- ¿Puedo ver los papeles del coche?
- No es mi coche. Lo robé.
- ¿El auto es robado?
- Así es. Pero bueno, los papeles quizá estén en la guantera, con la pistola.
- ¿Hay una pistola en la guantera?
- Sí. La puse allí después de disparar y matar a la mujer que conducía el coche. Puse su cuerpo en el maletero.
- ¿Hay un cadáver en el maletero?
- Sí, señor...
El policía, impresionado por la sangre fría del conductor, decide llamar de inmediato a su capitán. Unos minutos más tarde, el coche estaba rodeado por la policía. El capitán se acercó con cautela al conductor para manejar la tensa situación.
- Señor, ¿puedo ver su licencia de conducir?
- Seguro. Aquí la tiene.
- ¿De quién es este auto?
- Es mío, capitán. Aquí están los papeles.
- ¿Puede abrir lentamente la guantera para que yo pueda ver si hay algún arma?
- Por supuesto, señor. Pero por supuesto no hay ningún arma.
- ¿Le importaría abrir el maletero del coche? Me dijeron que tiene un cuerpo escondido.
- ¿Un cuerpo? Eso es ridículo... ahora se lo abro...
- No lo entiendo. El policía que lo detuvo me dijo que usted le había dicho que no tenía licencia, que el coche era robado, que tenía un arma en la guantera, y que guardaba el cadáver de la dueña en la guantera...
- Ah, claro. Y seguro que también le dijo que conducía a demasiada velocidad.
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